miércoles, 22 de diciembre de 2010

El zumo

Había una vez un hombre pobre que sólo se alimentaba de zumo de limón. Para desayunar lo tomaba solo; para comer, con agua y para cenar con azúcar. Un año, debido a la escasez de limones, los precios aumentaron cien veces más y esa fruta se convirtió en un elemento selecto, para los mejores bolsillos.
El hombre pobre se murió de hambre.

Había una vez un limón que, a lo largo de toda su vida, había visto cómo exprimían a su familia para hacer zumo. Por las mañanas solos, por las tardes con agua y por las noches con azúcar. Un año escasearon los limones y él fue uno de los afortunados que sobrevivió.
Acabó siendo exprimido en la casa de un marqués.




A los que son un poco limones, para que no pierdan la esperanza de que, sea donde sea, podrán formar parte de un rico postre o un dulce refresco.


 

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