miércoles, 29 de diciembre de 2010

Que viene que viene...


En la puerta del sol (de casa, del pub, del trabajo, del restaurante, de la cueva) como el año que fue...

Muy Felices Fiestas, un año increíble y que más de la mitad de los sueños se cumplan (siendo optimista y con una pizca de realidad). Así que elegid bien porque este será el 2011  =)

Feliz Año!!!!

martaalbacarmenluciaalba


miércoles, 22 de diciembre de 2010

El zumo

Había una vez un hombre pobre que sólo se alimentaba de zumo de limón. Para desayunar lo tomaba solo; para comer, con agua y para cenar con azúcar. Un año, debido a la escasez de limones, los precios aumentaron cien veces más y esa fruta se convirtió en un elemento selecto, para los mejores bolsillos.
El hombre pobre se murió de hambre.

Había una vez un limón que, a lo largo de toda su vida, había visto cómo exprimían a su familia para hacer zumo. Por las mañanas solos, por las tardes con agua y por las noches con azúcar. Un año escasearon los limones y él fue uno de los afortunados que sobrevivió.
Acabó siendo exprimido en la casa de un marqués.




A los que son un poco limones, para que no pierdan la esperanza de que, sea donde sea, podrán formar parte de un rico postre o un dulce refresco.


 

martes, 14 de diciembre de 2010

Y los detalles que no recuerdo


Ordenadores que no encienden y si lo hacen son muy caprichosos o cómo escapar de la incertidumbre de conocer si muchos de los recuerdos podrán desaparecer en un momento, pero no, eso ya no pasa con estas nuevas tecnologías que nos están volviendo locos y además tienen la capacidad de demostrarlo. Eso parece ¿no? 
He aquí, al menos, una.
Personas exigentes que exigen a quien se exige mucho, es buena convinación mientras la capacidad física está en forma. Y te invitan a conocer nuevas caras y nuevos escondites de un lugar por el que pasamos cada día y no nos habíamos parado a observar. Somos personas ignorantes, aunque no es malo, cuando se elige conocer algo se está descartando saber otra cosa.
Cafés que no se pueden tomar con las manos llenas, en conversaciones interrumpidas por la rapidez del tiempo que pasa y ya volvemos a nuestros puestos. Y aún no he terminado el postre.
Cintas que se pierden, llamadas que no contestan, ahora sí, ahora más tarde y entre medias alguien que invita a su fiesta, tiene buena pinta, aunque otra llamada deja pensar que quien está detrás quiere mimos de una persona que se fue para siempre.
Personas humildes que cambian su status y se vuelven desconocidas.
Viejos conocedores del séptimo arte con los que da gusto discrepar de películas que resultan geniales después de un día lleno de momentos.
De momentos que sí, que se me han pasado volando.