martes, 1 de noviembre de 2011

Cinco años en una cajita de recuerdos


Fran Perea bajó aquellas escaleras con su barandilla roja en el centro. No recuerdo muy bien de qué temas habló que estuviesen relacionados con el periodismo, pero la promoción de El Camino de los Ingleses la tengo presente. Nuevas caras, nuevos compañeros con miradas de  indecisión que comenzaban primero de carrera sentados unos junto a otros. A mi derecha, Ángel, a mi izquierda María, lo recuerdo como si fuese ayer.
Parece que el curso comenzaba bien, la gala de las fiestas en aquel año fue increíble y parecía animarnos a lo que nos tocaría años después, sin embargo, mucha fuerza tuvimos que sacar de dentro cuando a las ocho de la mañana nos esperaba (o nosotros a él) el señor Macías, impecable, para comenzar las clases.
Las clases de publicidad de Óscar las recuerdo especialmente, sobre todo las prácticas: aquel briefing currado de mis compañeras y en el que tuve que aportar la voz a lo "Rosana", o que ganásemos enemigos por ello, con razón en muchos casos, pero todo se resuelve cuando conoces realmente a aquellos con quien creías que no ibas a relacionarte nunca y resulta que son increíbles... y los años de carrera me lo demostraron.
Un primero en el que Plaza me introdujo a la redacción y JuanRa me demostró que la belleza sí está también en el exterior.
Historias, conferencias de prostitutas, Eva llorando en Comunicación Interpersonal cuando relataba su discurso ante la ojiplática mirada de Salgado, las fiestas que se van de las manos... Salamanca querida.
Las horas en el autobús parecían interminables, Toño, Domigo y los gamberros de la parte de atrás... reconozco que eso no lo echo tanto de menos porque esos mismos personajes todavía me los sigo encontrando esporádicamente, eso sí, como unos grandes.
Comenzamos a dar los primeros pasos en un periódico para estudiantes, Tribuna Universitaria, por parejas recuerdo. Mi primer reportaje fue sobre Letra Contemporánea, doble página y que realicé en dos semanas o más, un reto ahora impensable. Además, el trabajo salía gracias a los retoques que corregían María Jesús y Ana, responsables de la edición.

Lo cierto es que Segundo pasó sin pena ni gloria, muchas de las asignaturas no me gustaban, para qué vamos a engañarnos, pero siempre tengo la esperanza de encontrarme con alguien de la tierra gemela que me de twater para beber. Con cariño recuerdo el viaje a Madrid las niñas con Toño para entrevistar a Ángel Martín y de paso acudir a "Sé lo que Hicisteis".
Las clases de Valvey me hicieron reflexionar sobre las portadas informativas y las fotos de mujeres embarazadas.

Tercero, muchos de Erasmus, otros preparándonos los quesitos del trivial o recogiendo frases de María Rubio para aplicarlas en la vida. Comenzamos a conocer los estudios de radio y los platós de televisión, Michi nos puso en su examen un fragmento de Los Soprano, sí, un flashback, pero la parte de Nuria me salió mucho mejor. Mi primera aparición en cámara fue haciéndole una entrevista a Morchón sobre su vida, y Alba me la hizo mí. Me encantaba ese grupo.
Laura y yo pasamos muchas horas de ensayo con Lucía Rodil y más voluntarios para aquella coreografía eurovisiva. María cada vez estaba más guapa y preparada para la ocasión y nunca podré agradecerle ni a ella ni a Alfredo que hayan querido contar conmigo. Los días en Barcelona fueron inolvidables para bien, sí, para bien, fueron más de cinco y el último, a pesar de los pesares, fue el mejor gracias a todos los que estuvieron allí y a Llana, Carlos, Merichel y un largo etcétera (aunque Carlos robara dispensadores). En las aulas todo iba normal hasta que alguien sugirió que sería el espectáculo de nuestras vidas... y no volvió a aparecer por clase.

En Cuarto nos especializamos por carreras (algo que no volverá a suceder gracias al Plan Bolonia) conocí a la gente de la tarde que en tres años no había visto. Chelo, Gloria y Aurora me hicieron amar la radio, cada Navidad pongo el programa especial que hicimos Manuel, Lidia, Cristina, Lauras, Alba, Patricia, Elena, Carmelo, Tere, Germán y yo... inolvidable.
Y el segundo cuatrimestre llegó el caos, ¿cómo compaginar los estudios con un Lip Dub? prueba superada. Patricia, JuaFran, María, Nacho, Tere y Eva lo hicieron posible... como también hicieron que fuera normal pasar parte de la noche en la facultad cronometrando, subirse en un montacargas, contar a la gente, marear a las redes sociales para que todo el mundo conociese el vídeo, hacer bases de datos y coordinar a más de trescientos voluntarios, trescientas mil gracias y perdones por quienes apenas salieron, pero querer que todo el mundo participe en tres minutos... a cien por cada uno.
Raúl y Pablo fueron a conocer Zamora y pasar una bonita velada con nosotras, aún recuerdo la noche en el castillo comiendo mini bollitos de hojaldre.

En esa facultad también se respiró amor, desamor, enfados de bibliotecarias cuando el tono de voz sobresalía, días enteros fotocopiando periódicos o llamadas desesperantes a Eduardo cuando nos habíamos quedado sin batería en la cámara.
Cómo no recordar las clases de libre elección (yo escogí todas las que carecían de examen) y escogí bien, porque la de los mayores ha sido una de las mejores de toda la carrera sin duda. María Eugenia y Pablo Rey, con aquel análisis de Quino por el que Pepita daba el alma.
Los conserjes preguntándome de qué color era mi pasmina después de haberla perdido por las aulas.
Serafín y Ángel, unos grandes, aunque el catering Disan nos hizo coger unos kilitos de más. Aún así no cambiaré tardes perdidas en cafetería, con cadena 100 de fondo o los informativos de la televisión en mute.

El último curso fue nuestra novatada (¡qué ironías!). Que si me siento en las escaleras para coger apuntes, que si te pongo una instancia para dar las clases que nos corresponden, que si somos un mísero dos por ciento... cosas que poco a poco fueron solucionándose, y un Javier Nó que pudo escucharnos. 
Nueva York y Nacho.
Sin duda, lo que me puso más nerviosa de todo en este paso por la universidad fueron las palpitaciones previas a la nota que salía de la intranet, cuando introducía mi usuario y contraseña y se me aceleraba el corazón antes de ver el tablón de calificaciones, un sinvivir.
El equipo del informativo de televisión con quien muchos ya había coincidido excepto Marta, Ylenia, Elena, María y Lauras.
El discurso magistral de Rivas.

Las mesas incómodas de las aulas, los "sofás" del auditorio, los Macs, los sudokus de El Mundo, la "capilla" de abajo, las colas en fotocopiadora, las salas grupales y mortales de la biblioteca, Mercedes Ramos calmándonos en el oral de derecho, Sole reprochándome que comiese tantos bocadillos o los ositos de gominola que comían Sara y Vero, los disfraces de Raquel y Pablo, las preguntas e inteligencia de Patricia, Cagi y el discurso, Jose Pablo, Adrián, el senior Rufete, el compañerismo de Indarte, Carlos, Fernan, Álvaro, Ana Blan, Carmen y su vocecilla de gran persona, Puri, la paciencia de Luis con los mayores, Rocío, Sandra, el compañero de Lne Antuña, Alba Bermúdez, la personalidad de Ana, Lara y Elena, Olalla, los ratos de radio con Tania. 
Sande, Héctor, Chema, Andrés y la sauna, Manuel Caramelo, las llamadas de María Juanes, ambos Sergios, Ana Díaz y Carol, la inquietud de Carmen Romero y el cariño de María Díez, Paloma, Chela y María pasando frío con nosotras en la plaza mayor mientras repartíamos vasos, y con Cruces el destino me vuelve a unir... 
Lo cierto es que echo de menos mucho de esa facultad. El bastante y demasiado los dejaré para cuando pase un tiempo aún, pero que ya me está ocurriendo con muchas personas que conocí allí, solo espero que esta nueva etapa sean aún más felices y que podamos encontrarnos en la mitad de este camino que no es fácil, pero ya estábamos advertidos.
Para estos periodistas y resto de profesionales de aquella promoción:
Suerte.

4 comentarios:

  1. ay Luci que bonito :( solo quedan los recuerdos, pero son un montón y muy buenos. Y hay amistades que nunca mueren, y eso no nos lo quita nadie a ninguno!

    Sé muy feliz que te lo mereces!

    Sauna...

    ResponderEliminar
  2. Siempre diciendo: "¡Que ganas de acabar!" y recuerdo el dia que nos hicimos unas fotos los mas amigos por la facultad, y confese que iba a echar tanto de menos esas tardes enteras de estudio, practicas, visitas a los profesores, etc...
    ¡Guarda todos esos buenos momentos, Lu! ¡Un besito!

    ResponderEliminar
  3. Los momentos así siempre se añoran aunque nos pasemos cinco años diciendo: "¡Qué ganas tengo de terminar!".
    Sca lo mejor de esa etapa y comienza (en tu caso continua) la siguiente con la mejor de tus sonrisas :)

    ResponderEliminar
  4. Lucía... aunque con un poco de retraso... Feliz año 2012! y que este año... sea un buen año para todos!

    ResponderEliminar