viernes, 15 de octubre de 2010

Tiene gracia... creo

Hay un señor que tiene una vida normal, una familia normal, una casa normal, pero un trabajo arriesgado: ser minero. 
Muchas veces el riesgo no sólo lo corre bajo la tierra sino que allí arriba, en la superficie, decide seguir a su corazón y empezar una relación amorosa con otra mujer sin dejar a su esposa y sin que ninguna de las dos afectadas sepa que comparten varón.
Un día el minero se queda atrapado bajo tierra, con 32 compañeros más de trabajo. El minero, después de dos meses de preocupación familiar y parental... sale de su agujero. 
Y, entre abrazos, sollozos y sentimientos incomprendidos sólo puede pensar en una cosa. 
"Tierra, trágame".
De nuevo.

8 comentarios:

  1. Una productora que se haga con los derechos de esta historia, por favor... ;)

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  2. ¡qué movida! el pobre era el único que pensaba más en la que le esperaba fuera, que en estar dentro...

    por aquí abajo muy bien lucía, muy contento. El martes nos traen al fiscal del Caso Malaya a clase... NO sé, hay como otro ambiente. Es más universitario todo.

    Ya me he enterado del lio que hay allí. ¡Luchad por lo que os pertenece!

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  3. La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. Supongo que su preocupación es que fuera pública su situación. Claro que si fue secreta tanto tiempo no debiera ahora ser diferente por ser un personaje más o menos público.

    SAludos

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  4. Hola Lucía, pues crees bien. Incluso yo añadiría "con un sueldo normal... o menos que no normal, básico". En fin, las rarezas / injusticias de la vida.

    Saludos!

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  5. muy bueno...! la vida tiene esas paradojas a veces!

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  6. muy bueno...! la vida tiene esas paradojas a veces!

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  7. Hola Lucía!

    ya que llevaba unos días desconectados del mundo virtual, pasaba sólo a saludarte.

    Un abrazo!

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