miércoles, 19 de mayo de 2010

El optimismo que convive con moscas tras la oreja



Si después de esperar, el veredicto no falla a tu favor, hay dos caminos por los que continuar. El fácil contempla la opción de darle la espalda a la vida, llorar por los rincones y fustigarse hasta sangrar. Pero el más complejo te permite focalizar la vista más allá de tus narices.
Hay veces que las decisiones te hacen más fuerte y, sin pensarlo, un favor. Un favor que debe aprovecharse con todas esas fuerzas y con el optimismo de pensar que en esta vida de todo se aprende, sobre todo, de las personas que no te lo ponen fácil.
Y qué bien poder saber luchar.
Tengo muchas ganas de comenzar mi verano. Me encanta el calor, las camisetas de tirantes y las ganas de sentirme útil.

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En otros asuntos: si antes del verano las moscas tras la oreja nos chivan malas noticias, la opción de quedarse sentado con resignación no se contempla. Y es un pequeño aviso.


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