lunes, 25 de abril de 2011

Así como vino se fue


La querida Semana Santa. Y digo querida porque en esta ciudad da igual el color político, tendencia religiosa o trabajo que se tenga, que esta semana es siempre el tema central sobre el que giran el resto de actividades.  
 Ya lo describí por aquí hace un año y es cierto. Los recuerdos vuelven y se incrementan en cada cita, pero me alegro de que aún sigamos manteniendo esos rituales anuales que nos hacen sentir realmente vivos. ¿Se come demasiado? sí, ¿se bebe demasiado? muchos también. Pero la chispa de todo eso es que cada año tiene su tinte peculiar, su vivencia inédita. Da igual que las calles sean las mismas, los horarios parecidos y la lluvia intente estropear el buen humor, que siempre habrá algún plan que evite que entres en casa ni siquiera para cambiarte de ropa o descansar.
Ahora sí, este domingo sí.
Yo tengo claro que, aparte de las cosas que ya de por sí emocionan en la Semana Santa de esta ciudad, la clave sólo es una: el conjunto de personas con las que compartes esos momentos.

2 comentarios:

  1. tanta razón...cada año es una experiencia distinta y eso lo realmente emocionante! :D

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  2. Cda año tan igual y tan inolvidable a la vez!

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