sábado, 9 de abril de 2011

New York, experiencia en la capital del mundo (DÍA CINCO)

Viernes. Qué poco queda.

Guardamos el equipaje en la consigna del hotel porque a las 10 de la noche dejábamos la ciudad. 
Nos fuimos de compras, primero a la línea de Broadway donde están más baratos los Levi´s sin que sean imitación y también camisetas (compramos en OMG y Boys and chicks o algo así, porque en estos lugares hay cosas muy horteras, pero si buscas bien encuentras ropa bonita y no muy cara, eso sí, la búsqueda puede comer tiempo). Después nos adentramos por Chinatown de nuevo para buscar regalos de recuerdo a familiares y amigos. En estas tiendas nos habían dicho que no regateásemos porque los comerciantes no eran tontos y no iban a bajar sus precios, pero no es así. De hecho, si no regateas te pueden salir las cosas muy caras. Nosotros conseguimos dos sudaderas de I (L) NY por 28 dólares (20 euros)

Volvimos a Times Square a comer y a despedirnos de aquel lugar. Regresamos al hotel, hicimos algunas fotos por allí cerca y recogimos nuestras cosas porque el chófer nos venía a recoger a la entrada.

De camino al aeropuerto tuvimos que aguantar más de hora y media de reggaeton en la radio latina que llevaba puesta nuestro amigo (había atasco). Pero gracias a las retenciones, el hombre se desvió de la autovía y nos llevó por carretera donde pudimos ver los barrios residenciales y las villas con sus "se alquila o vende" en los jardines, o los buzones en las aceras.

Al llegar al JFK, en la terminal A1, facturamos y pasamos los controles sin problema (simplemente miran el pasaporte, tu foto de pasaporte y tu cara real para ver si coinciden y poco más).

Tuvimos media hora de retraso porque la policía tenía retenido a un pasajero de nuestro vuelo, pero al final debió ser una confusión y a las once de la noche ya estábamos en el aire. Desde ese momento no recuerdo más, ni siquiera me enteré de la cena y desayuno que, se supone, me sirvieron. El avión era mejor que el de ida, con monitores individuales en los asientos y cuatro asientos en la fila central. María me dijo que habíamos pasado bastantes turbulencias, pero sin importancia.

Seis horas de vuelo. Llegamos a Madrid a las 11 de la mañana.

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