viernes, 8 de abril de 2011

New York, experiencia en la capital del mundo (DÍA CUATRO )


Jueves. Día lluvioso y museístico.

Habíamos tenido mucha suerte con los días de sol pero a partir del jueves a mediodía se estropeó la cosa.
Después de tomar el típico capuchino nos dirigimos al metro hacia el museo de Historia Natural. La propia línea (uptown 1, 2, ó 3 y luego B ó C)  te deja en la puerta del museo, en el mismo subterráneo, además, como abren a las diez, es la entrada con menos cola a diferencia de la entrada principal.
Los estudiantes pagamos 12 dólares. Allí dentro estuvimos unas tres horas y media. Es muy cansado, las piernas nos fallaban ya cerca de la una de la tarde, pero el museo es bueno y completo, tanto, que se necesitaría un día entero allí dentro. Nosotros no teníamos tantas fuerzas.
Al salir, bajamos Central Park por el oeste y llegamos a la altura de la plaza de Cristóbal Colón (Columbus) donde está el edificio de Time Warner, las oficinas, y unos grandes almacenes. No es un lugar muy caro, pero las tiendas son bastante selectas y no queríamos gastarnos mucho en comer. Estuve un buen rato buscando un disco de música para mi prima, pero resultó en vano, estaba todo agotado.

Tomamos un bocata en un Subway, allí te lo ponen a tu gusto y los alimentos parecen bastante frescos dentro de lo que es el concepto de comida rápida. No me gustó la clase de gente que va, así que me quedo con cualquier otro lugar.

Después nos dirigimos a la tienda de Sony y dimos un nuevo paseo por lugares que ya antes habíamos visitado cerca del centro. Pensamos que el MOMA cerraba, como mínimo, a las siete de la tarde y cuando llegamos (a las 5) conocimos el verdadero horario. A las seis todos fuera. Ni siquiera estaban disponibles los tickets de entrada una hora antes y empezamos a desilusionarnos. Me acerqué a los guardas que revisaban la entrada y fui a darles pena diciéndoles que al día siguiente dejaríamos la ciudad y que nos hubiera encantado entrar. Nos verían con cara de desalmados, pero nos dejaron pasar gratis, sin tickets ni nada. Para ver mejor el museo y en tan poco tiempo como teníamos nos recomendaron que empezásemos por el piso de arriba y fuéramos bajando según los artistas que más nos gustaban y así hicimos.
Lo cierto es que vimos perfectamente el museo, aunque eso sí, unos artistas más que otros por orden de gustos.

Al salir teníamos la mitad de la tarde por delante así que entramos en Abercrombie en la 5th y en otra tienda que no recuerdo el nombre, pero tenía una especie de fuente lisa de agua a la entrada. En esta primera tienda coincidimos cerca de la caja con la presentadora de Fama que estaba de vacaciones en la ciudad. Otro de los famosos que vimos por la calle (bueno, María, pero de la emoción casi no lo vemos nosotros) fue Ben, el malo de Lost.
Entrad en Tiffany´s aunque no compréis ninguna joya.

Con algunas compras hechas, fuimos a descansar al hotel de ocho a diez de la noche para poder salir después a tomar algo por la noche neoyorkina.

Cenamos en un Pizza Hut de la 34 y el dependiente nos recomendó algunos pubs para salir en la misma calle, pero cuando nos decidíamos a ir al primero, nos encontramos con uno muy llamativo y con buena música y tomamos unas cervezas.

Llegamos a casa empapados por no haber cogido paragüas.


3 comentarios:

  1. jajajaja gracias por buscarme el disquito! ya habrá suerte la próxima vez cuando vaya yo...:D

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