domingo, 14 de marzo de 2010

Con las manos en el Paraguas

Es triste robar. Pero aún es más triste cuando, minutos más tarde, te pillan por la calle con ese objeto y te lo quitan de mala leche.
Eso es lo que le pasó ayer a mi paraguas.

Antes de nada os pondré en antecedentes. He de decir que mi paraguas es un paraguas comprado en los chinos hace cinco meses después de que se me perdiera uno de 20 euros. Este es de cuatro.
La forma de mi paraguas de los chinos es muy peculiar, es de mano, pequeño y azul con cuadros, pero las barillas se guardan hacia arriba y por eso, una vez abierto, si hace aire nunca se da la vuelta y es genial.
Me gusta mucho ese paraguas.
La cinta que se utiliza para guardarlo una vez plegado está rota, hace un mes se le perdió el velcro que sujetaba una y otra parte; y ahora no puedo mantenerlo cerrado si no lo meto en algún bolso o lo agarro con las manos, pero me sigue gustando mucho, es el paraguasque más me ha durado y el que, después de ayer por la noche, creo, más me va a durar.

Volvamos al escenario del crimen. Aún consciente de que mi paraguas podía ser robado durante una noche de fiesta, lo dejé encima de la barra del bar La Rosa mientras me disponía a ir al servicio.
María y otras amigas custodiaban la zona, pero nada se puede hacer con personas que los sábados noche tienen tan pocos amigos para pasarselo bien que disfrutan mangando el cazo, en este caso, mangando lo que no es suyo: mi paraguas.
La cara de María se quedó igual que la mía cuando descubrimos que había desaparecido, yo le dije que cuatro euros tampoco iban a ningún lado, pero ella se empeñó en ir más allá y empezó a mirar a todos los transeúntes de Los Herreros desde dentro del bar.
De repente, allí pasaban.
Mery no lo dudó y salió corriendo detrás de uno de ellos, lo alcanzó y le arrebató el paraguas con una cara que raras veces había visto en ella. "Dame eso que es MÍO", dijo enfadada.
Yo no puede reaccionar de otra forma que muriéndome de risa una vez volvió al bar. El "pequeño" ladrón cuya cazadora parecía recién salida de la cabalgata del Orgullo debió quedarse con una car bastante desconcertante.

Después de todo esto, sólo me queda recomendar que, esto es sólo un paraguas, pero de los despistados viven los espabilados (gente de cualquier tipo, bien vestida o no, inmigrante o vecino, pero todos sin escrúpulos)
Y que esto ocurre todas las noches.
Y no son sólo paraguas de cuatro euros lo que desaparece.



Mi paraguas. En el salto de Villalcampo (Zamora) con mi hermano.

5 comentarios:

  1. Fui más allá porque me lo robaron en mi cara y eso nunca se hace, eh??

    :)

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  2. no me salen los comentarios... me pone cero jajaja

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  3. ola, soy el anonimo que te robo el paraguas!!! grrrr nos volveremos a ver las caras muahahahahaha
    repito: MUahahahahah

    posdata: se donde vives tu y tu amiga!!

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  4. weno, ahora en serio, la anterior soy yo tb xDD
    pobre paraguas..debe de estar pasandolo muy mal despues de tal trajedia..le mando mis condolencias :D

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  5. yo cambiaría el triste de las primeras frases por "surrealista"...porque el final triste no es ;)

    besitos de tu prima mayor...:D

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